Uno de los lugares de visita más emblemáticos para locales y turistas por igual, la Virgen del Santuario de la Inmaculada Concepción, en lo alto del Cerro San Cristóbal, es un símbolo no solo de Santiago sino de Chile. Cada 8 de diciembre se celebra no solo el día de la Inmaculada Concepción para todos los católicos, sino también la fecha en que se puso la primera piedra del popular santuario, que este diciembre cumple 115 años desde el día en que comenzó su construcción.
Así, todos los 8 de diciembre los feligreses visitan no solo el santuario, sino también otras iglesias y sitios de devoción, por lo que es un día para pasar en familia, ya sea pagando mandas, peregrinando entre distintos templos o visitando los múltiples puestos donde pueden comprarse desde objetos religiosos hasta alimentos: es una ocasión para compartir el fervor religioso, ya sea en el Santuario, si podemos llegar a él, o en casa. Por esa razón es un buen día para disfrutar de platillos tradicionales, como por ejemplo:
- Ajiaco
El ajiaco chileno es una excelente preparación para compartir en familia durante las fiestas, sean patrias, religiosas o de cualquier otra índole. Se prepara con carne (que puede ser la que haya quedado de un asado previo) y se elabora un caldo que lleva papas, cebollas, ajo, pimentón, huevo y aliños como merkén, ají color, orégano, sal y pimienta.
- Chorillana
Más cerca de la comida rápida, pero también muy reconfortante y adecuada para compartir entre varias personas, la chorrillana es uno de los platos más típicos de Chile: una cama de papas fritas donde se agrega carne, vienesas, cebolla frita, huevos y los aliños que cada quien prefiera, la chorrillana se acostumbra servir en una fuente grande para compartir entre cuatro, seis o hasta más personas.
- Empanada
Aunque todos los países del mundo tienen su versión de la empanada (desde la gyoza japonesa hasta el pierogi polaco), el sitial de honor de la empanada en la gastronomía chilena es innegable. Una típica empanada chilena se prepara con una masa a base de trigo, se rellena con pino, un guiso elaborado con carne de vacuno, cebollas, pasas, aceitunas y huevos, y luego se cuece en un horno de barro o leña (si hay suerte) o en un horno normal. Existen empanadas tradicionales con otros rellenos, pero la de pino es, sin duda emblemática, y si bien prepararla puede ser un proceso hermoso, es sumamente fácil pedirla a domicilio de Tarragona o un restaurante similar si no quieres hacerlas tú
- Sopa de mariscos
Con su extensa costa y su intensa actividad pesquera, los platillos elaborados a base de mariscos son esenciales en la cocina chilena. Con choritos, almejas, camarones, pescado, y por supuesto acompañada de un buen vino blanco, es el platillo perfecto para agasajar a invitados o para una cena un poco más formal.
- Pernil
La receta chilena para elaborar el pernil de manera tradicional requiere comenzar uno o dos días antes, ya que la carne debe adobarse con antelación y reposar el tiempo necesario. En el sur, la carne se deja una noche entera sumergida en cerveza. Finalmente se hornea según el tamaño de la pieza, para disfrutar de un delicioso corte de carne con un sabor que compensa el tiempo invertido en prepararlo.
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