Nuevas formas de interactuar y transaccionar entre personas, compañías o instituciones que se encuentran en lugares diferentes del planeta están dinamizando la actividad empresarial y el mercado laboral a nivel internacional. Una forma superadora de globalización, en la que se desdibujan las fronteras geográficas y culturales, no sólo ha permitido reunir virtualmente a empresas y trabajadores sino también compartir de manera fluida ideas, innovaciones y talento.

 

Según el último informe del Banco Central sobre pagos digitales, en los últimos 12 meses previos a marzo de 2023, se llevaron a cabo 132 millones de transferencias electrónicas de fondos de personas naturales. De esta cifra, un 55% correspondió a transferencias interbancarias y un 36% a transacciones entre cuentas de una misma entidad financiera.

 

La expansión internacional de las empresas, se transformó en una necesidad, especialmente a partir de la pandemia de Covid-19 y en ese contexto, América Latina se convirtió en un mercado atractivo, tanto por el tamaño de su mercado en sí mismo –con más de 600 millones de habitantes altamente concentrados en Brasil, México, Argentina y Colombia–, como por la calidad de su talento, expresado en las habilidades técnicas, interpersonales y de conocimiento de idiomas en vastos segmentos de su población.

 

Pero, ¿Cuál es la clave del éxito de las nuevas plataformas digitales? En esencia, es la mejora sustancial de la experiencia de usuario, que se vuelve ágil e intuitiva, eficaz en términos de costos, más segura y sobre todo más democrática, permitiendo que millones de nuevos actores participen fácilmente de una nueva economía global que acorta brechas gracias a la tecnología.

 

Las empresas para expandirse en forma eficiente, necesitan desarrollar proveedores, contratar talento y acceder a nuevos compradores en nuevos mercados, muchas veces remotos. Si bien al abrirse internacionalmente las oportunidades para hacer negocios aumentan exponencialmente, esto también trae una complejidad asociada a la falta de conocimiento sobre cómo operar en nuevos mercados y cómo montar una estructura financiera global. Cuestiones asociadas a las transacciones en múltiples monedas, las fluctuaciones del tipo de cambio, la adhesión a las regulaciones locales e internacionales sobre todo en materia impuestos, o prevención de lavado de dinero y financiamiento terrorista, son temas que normalmente están muy por fuera del conocimiento general que una PyME puede tener.

 

Por otro lado, las PyMEs, los emprendedores, los profesionales independientes y las plataformas de e-commerce que quieren llegar a clientes, no sólo en otros países de América Latina, sino también en Estados Unidos, Europa y Asia, son los principales beneficiarios de sistemas de pago transfronterizos, dada la confiabilidad, la rapidez y la flexibilidad que se logran con tecnología, pero también con equipos de personas capacitadas. Es fundamental reaccionar rápidamente ante las variaciones que se presentan en los mercados.

 

Los sistemas de pago agregan valor a su propuesta cuando incluyen servicios de capital advance, que permiten dar impulso a emprendimientos, superar contingencias con pagos adelantados o aprovechar buenas oportunidades de expansión. Contar con opciones de financiación rápida para adquirir mercadería a buen precio, acceder a ofertas o cerrar tratos con agilidad, son algunas de las ventajas del adelanto de capital.

 

La economía del conocimiento, el trabajo remoto y la expansión internacional son ambiciones hoy al alcance de todos. La gran misión para Latam es lograr que los pagos internacionales ayuden a generar riqueza en nuestros países. Millones de clientes tienen ahora acceso a hacer negocios a escala mundial y esto tiene un enorme efecto positivo no sólo en sus réditos individuales, sino también en la creación de un crecimiento sostenible en la región.

 

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