Nuestra atención se divide entre lo que sucede en la cotidianidad y lo que pasa en nuestra vida virtual

Los teléfonos inteligentes, los chats en línea, las aplicaciones y páginas como TikTok, Twitter o Instagram están diseñados para crear urgencia en revisar sus actualizaciones y peor aún, quedarnos enganchados consumiendo contenido digital durante largo tiempo. 

La palabra procrastinación, que significa aplazar la realización de una labor pendiente, ha cobrado mayor fuerza en toda la población. 

 Expertos aseguran que el 50 por ciento de los estudiantes lleva a cabo esta rutina de dejar para luego lo urgente. Mientras tanto, 15 por ciento de los trabajadores afirma sentirse como procrastinador crónico. 

 

Mejorando la concentración

Existe una lista de reglas básicas para ayudar a tu cerebro a concentrarse y mantener el enfoque en las labores que realizas, sea por estudio o por trabajo.

Es prioritario trazar un plan, con objetivos claros y los tiempos necesarios para lograr esas metas.

Estructura un horario para comenzar, idea una rutina que te favorezca y saca provecho de tus mejores horarios. Si eres una persona que rinde más en la mañana o por el contrario eres noctámbulo, procura cumplir tus tareas en el horario que más te convenga.

Luego aprende a usar las técnicas de pausas activas entre las horas en las que debes estar trabajando. Se estima que cada 50 minutos baja la capacidad de concentración, entonces es momento de parar, tomar agua, estirar las piernas y volver al trabajo. 

Pon el celular en silencio, para evitar distracciones mientras estás concentrado. También avisa a familiares y amigos para que sepan que necesitas enfocarte y no te interrumpan a menos que sea necesario.

No dejes lo más importante para el final. Sea cuestión de trabajo o de estudio, lo mejor es afrontar el mayor reto primero. 

Haz cosas que te automotiven, medita, trata de controlar esos pensamientos corrosivos que te dicen que no vas a poder. Alimenta tu voz interna con frases positivas y motivadoras que te ayuden a sentirte capaz. 

Crea en tu mente una visión de recompensa, imaginando cómo vas a sentirte cuando logres terminar tu tarea

Cuando llegue la hora de descansar, cambia radicalmente de actividad, ve una película, toma un baño, oye música o lee un rato. 

 

Prepara tu cuerpo 

Lo principal es diseñar un programa de higiene del sueño para poder descansar bien. Una mente relajada afronta los retos de una mejor manera y soluciona más fácilmente los problemas.

Crea una rutina de ejercicios, camina, baila, haz lo que necesites y quieras, pero mueve el cuerpo. Las prácticas de coordinación motora impulsan tu concentración.

Si sientes que te vas estresando o desconcentrando, intenta con unos ejercicios de respiración. Uno de los más recomendados es inhalar contando hasta cinco, retener el aire contando cinco y exhalar contando cinco. 

El estómago también juega un papel importante en tu capacidad de estar enfocado. Si quieres seguir concentrado evita comer alimentos grasosos, altos en azúcares y muy procesados. Es preferible algo de fruta o un snack ligero.

Cuidado con las bebidas energéticas, porque pueden disparar tus niveles de ansiedad, mejor recurre al té verde o cualquier otra infusión de hierbas aromáticas.

Hay un enorme debate sobre usar o no el café. Si lo prefieres con azúcar, te puede dar un impulso extra, pero debes cuidar de no extralimitarse. Tanto el café como el té azucarados ayudan con la capacidad de mantener la atención sobre lo que ejecutas.

Asume tu estrés como algo normal. Considera que tarde o temprano la angustia va a pasar porque finalizarás la tarea. La ansiedad y la incertidumbre son comunes. No dejes que el miedo te paralice, úsalo como combustible. 

 

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