Tranquila, orgullosa, feliz y deseosa de empaparse de nuevas experiencias viajó a Francia la cestera campesina y usuaria de INDAP Raquel Aguilar Colivoro (40), de la comuna de Quellón, Región de Los Lagos, quien con sus obras en fibra de quilineja representará presencialmente a nuestro país en Révélations, la bienal de artesanía y creación más importante de Europa que se realiza en el Grand Palais Ephemere de París entre el 7 y el 11 de este mes.

Premiada en 2020 con el Sello de Excelencia a la Artesanía que otorgan el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y la Pontificia Universidad Católica de Chile, con el patrocinio de la Unesco, Raquel expondrá en la muestra dos trabajos recientes: “Caicai y Ten Ten”, mitológicas serpientes del mar y la tierra, respectivamente, que en su titánica lucha crearon la geografía del Archipiélago de Chiloé, y “Piures”, obra que refleja la naturaleza del fondo marino.

En el stand de Chile en Révélations también se exhibirán las creaciones de otros cuatro destacados cultores nacionales: Egon Muñoz, artesano en madera de Pucón, también usuario de INDAP; Rita Soto, con joyería en crin de caballo; Juan Carlos Orellana, artesano en cobre, y Soledad Christie Browne, ceramista. La curatoría y selección de los expositores estuvo a cargo del comisario francés Romain Juilha y la directora del Museo de Arte Popular Americano Tomás Lago, Nury González.

Raquel Aguilar vive en el sector Yaldad junto a sus padres, su esposo Cristian Pizarro, sus mascotas y su universo. El grupo familiar se dedica al cultivo de acelgas, papas y ajos chilotes y también a la recolección de choritos.

La artesana partió en forma autodidacta trabajando la lana, luego siguió con fibras vegetales como ñocha, manila y junquillo y hoy se dedica por completo a la quilineja, tejiendo figuras del imaginario chilote llenas de poesía: flores, aves, caracolas, ballenas y seres mitológicos.

“Me enamoré de esta enredadera leñosa porque es noble, bella y oculta, no se humedece ni se decolora. Es difícil de tejer y también de hallar, porque crece en los bosques antiguos, trepando por la corteza de la luma, el laurel, la tepa y el canelo. Mi trabajo, al igual que la quilineja, nace desde lo más profundo”, dice Raquel.

La materia prima la recolecta en los bosques de su entorno, con respeto a la naturaleza, con una luna perfecta y luego de un día de lluvia. La fibra –las raíces aéreas de la enredadera– la comienza a tejer de inmediato para aprovechar su flexibilidad, labor que realiza completamente a mano. En verano trabaja en una pieza-taller y en invierno, en la cocina cerca del fuego.

A su llegada a París este miércoles –es la primera vez que viaja fuera del país–, Raquel dijo estar muy feliz de representar a los artesanos nacionales y a Chiloé, y agradeció la oportunidad de “poder ampliar mis horizontes y abrir mi mente a cosas nuevas y a la belleza de esta ciudad tan bonita. Mi presencia acá es un homenaje a mis ancestros, que traspasaron de generación en generación el tejido de una noble fibra”.

La presencia en París de esta artesana chilota es resultado de una acción conjunta implementada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; la División de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y Diplomacia Pública (DIRAC) y ProChile del Ministerio de Relaciones Exteriores, junto con la Embajada de Chile en Francia.

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