Por Samuel Montupil, Country Manager de Defontana

Según la consultora internacional Gartner, este año podría terminar con un 40% de las cargas de trabajo empresariales en la nube y de aquí al 2025, el 60% de las organizaciones contará con servicios cloud, ya sean propios o tercerizados. Y es que el uso de la nube a nivel empresarial es transversal y democratiza el acceso a la tecnología, ya que permite a las organizaciones escalar, flexibilizar y reducir sus recursos informáticos de manera eficiente y rápida de acuerdo a sus necesidades, sin tener que invertir en infraestructura física.

Una de las tendencias preferidas en este ámbito es la nube híbrida que integra los recursos TI internos de una empresa con la infraestructura y los servicios de proveedores de nube de terceros, ya sea para almacenar información y/o ejecutar aplicaciones en diversos entornos. No obstante, depende de los requerimientos corporativos si se opta por una nuble pública, privada, múltiple o híbrida.

Hoy los servicios empresariales en la nube tienden a transformarse en ecosistemas de soluciones capaces de conversar e interactuar entre sí, de manera nativa. Asimismo, la ubiquidad u omnicanalidad, están más presentes que nunca, al posibilitar que las soluciones en la nube estén disponibles en diversas plataformas y dispositivos.

En cuanto a tecnologías, la Inteligencia Artificial se ve como la principal tendencia que permite optimizar y robustecer aún más este tipo de ecosistemas para que crezcan a la par de las necesidades y requerimientos empresariales. Para ello, no hay límites con la tecnología, conocimiento, experiencia y soporte adecuados.

En este escenario, la seguridad de los datos es la preocupación más importante de la mayoría de los profesionales de TI al adoptar una estrategia de cloud computing para empresas. Las ciberamenazas son permanentes y crean un contexto de vulnerabilidad para los datos sensibles que se gestionan y procesan en la nube, especialmente porque los ciberdelincuentes innovan frecuentemente y son cada día más talentosos. Ir un paso delante de ellos es clave y un desafío constante.

Por lo mismo, las soluciones cloud tienen que disponer, tanto de tecnología como de estrategias de ciberseguridad adecuadas y deben apoyarse en quienes son especialistas en ciberseguridad para acceder a una arquitectura de red y un centro de datos que pueda satisfacer los requisitos de seguridad de todo tipo de organización.

En efecto, la ciberseguridad es un desafío muy importante, así como la escalabilidad, agilidad, visibilidad y flexibilidad. No obstante, también lo son la interoperabilidad, accesibilidad y rentabilidad eficientes. Por lo mismo, una estrategia cloud exitosa es un reto permanente.

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