- Avances y mejoras en la fiscalización, control de acceso, incorporar nuevas tecnologías, educación e información de los usuarios, y coordinación intersectorial son algunas de las propuestas.
A fines del año 2022 el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones informaba que la evasión en el Transantiago no daba tregua llegando a un 40,2% Algo que, a la fecha, se ha mantenido generando más de un dolor de cabeza para el sistema de transporte público en superficie no sólo en la capital, sino también para las regiones que se han visto postergadas producto de los problemas y déficit que presenta el Transantiago.
Dentro de las acciones implementadas por la autoridad para intentar terminar con la evasión se ha aumentado el número de fiscalizadores en los paraderos de micros, lo que además tiene relación con mayor presencia de fiscalizadores en las vías -con colaboración de Carabineros- e identificar a quienes no hayan pagado su pasaje. Esto acompañado de un mejor análisis de la información disponible, de modo de reconocer dónde ocurre la mayor evasión para ir georreferenciando los lugares donde es necesario un mayor esfuerzo.
Para el economista de la Universidad Autónoma de Chile, Esteban Viani, el problema del Transantiago tiene relación en cómo hacer posible que la gente pague.
“Una de las soluciones que se ha encontrado a nivel internacional, que son las más útiles, es que las personas que están encargadas de los diferentes servicios que prestan recorridos en el sistema de transporte metropolitano sean las que logren generar los incentivos suficientes para poder cobrar el pasaje. En ese sentido sería razonable esperar que el Ministerio de Obras Públicas asigne presupuesto o asigne el pago mensual a estas empresas de acuerdo con, por ejemplo, cuantas veces la Tarjeta Bip es validada en el validador de cada micro. En ese caso la empresa estaría incentivada a poner un real control sobre quien paga, y quien no, el pasaje de la micro, algo más menos parecido a lo que ocurría con el sistema anterior (micros amarillos) o lo que ocurre también en algunas regiones donde el chofer tiene que cobrar el boleto: de lo contrario no le pagan su sueldo o, si la micro es de otra persona, ella no recibe sus ganancias a fin de mes”.
¡Que vuelva la Tomboleta!
Para el director de la carrera de Derecho de la Universidad Autónoma de Chile, Patricio Valdés, uno de los problemas que genera la evasión del Transantiago es que “la gente no lo siente propio, por ende no lo cuida ni lo respeta. Además, se requiere con urgencia una campaña de concientización permanente, en la cual la gente entienda que sin este medio de transporte no va a poder llegar a su lugar de trabajo, a su lugar de estudio y va a empeorar su calidad de vida. Otro aspecto relevante es que se debe fiscalizar permanentemente, de manera que la evasión tenga algún tipo de sanción”.
El académico plantea además una llamativa solución para mejorar el control de la evasión.
“Otra idea es el regreso de la “Tomboleta”. La “Tomboleta” logró reducir la evasión tributaria y generó conciencia en la población. De ser parte de la solución y no del problema. Podríamos generar el sueño de la casa propia y además dar premios a quienes paguen su pasaje y no sean sorprendidos en la evasión”.
La “Tomboleta” fue un concurso del programa Sábados Gigantes en el cual la gente podía ganar desde dinero, electrodomésticos, autos, hasta una casa. Para este último gran premio tenía que participar en «La Tomboleta», un concurso que incentivó a los chilenos a pedir su boleta al momento de comprar en el comercio.
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