- El 69% de los chilenos afirma utilizar alguna plataforma de streaming, un comportamiento que ha creado un nuevo ecosistema de entretenimiento y desplaza lentamente a los medios tradicionales como la televisión.
- Héctor Premuda, investigador y docente de EAE Business School, autor del estudio El gasto en plataformas audiovisuales en hogares: Hábitos y nuevas tendencias de consumo, analiza los nuevos patrones de comportamiento del streaming y proyecta cómo se comportará este nuevo fenómeno del streaming en los hogares.
Chile, octubre 2025 — El consumo audiovisual en Chile ha cambiado radicalmente. Según cifras del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC), el 69% de los chilenos declara utilizar al menos una plataforma de streaming, con un gasto promedio mensual de $22.809. Netflix, YouTube y Disney+ concentran las mayores preferencias, mientras que Spotify domina el ámbito musical con un 64,4%.
Este fenómeno también está modificando las rutinas de ocio. Como lo muestra el informe del Servicio Nacional del Consumidor, un 39,8% de los chilenos encuestados dice asistir menos al cine desde que utiliza servicios de streaming, principalmente por razones de comodidad (53,4%) y costo (53,4%). Y la televisión de pago también se ha visto desplazada. Más de la mitad de los chilenos (53,4%) ya no cuenta con ese servicio, y un 67,3% de quienes aún lo conservan planea cancelarlo en los próximos meses.
Es una expansión esperada, que viene acompañada de nuevos desafíos. Los cobros inesperados, la inclusión de publicidad y la disponibilidad de contenido, así como los problemas técnicos y las dificultades en los pagos hacen parte de las preocupaciones de los usuarios. Mientras tanto, las plataformas prueban, implementan y transforman modalidades para competir por algo más importante que la suscripción del usuario: la atención. Pero no todas operan igual.
«Cuando hablamos de streaming, tendemos a englobar bajo la misma etiqueta servicios muy distintos», explica Héctor Premuda, docente e investigador de EAE Business School. «YouTube y Twitch no funcionan igual que Netflix o Disney+. Las primeras se sustentan en la publicidad y la interacción en tiempo real, mientras que las segundas dependen de retener mes a mes a sus suscriptores. Eso cambia completamente la lógica de valor para el usuario. En unas se paga con dinero, en otras con tiempo y atención».
El experto, autor del estudio El gasto en plataformas audiovisuales en hogares: Hábitos y nuevas tendencias de consumo realizado por la escuela de negocio, subraya que, en los servicios de suscripción, la clave está en la fidelización, es decir, la capacidad de mantener abonados activos y reducir las cancelaciones.
Métricas como la tasa de cancelación (churn) o las horas de visionado son hoy indicadores esenciales de éxito. Y para las plataformas gratuitas, como YouTube o Twitch, las medidas están en su capacidad para generar atención y participación constante, midiendo su rendimiento a través del tiempo de conexión, los «likes» o la interacción en chats en vivo.
«En términos económicos, la diferencia también es significativa», detalla Premuda. «Netflix representa una factura mensual visible, pero las plataformas gratuitas también convierten nuestro tiempo en un producto rentable, a través de publicidad y patrocinio. Son modelos diferentes, pero ambos capitalizan el mismo recurso, que es la atención del usuario».
Cambio cultural
En Chile, la consolidación del streaming no solo reconfigura el gasto doméstico, sino también el imaginario cultural. Los millennials y la generación Z lideran el consumo audiovisual y trasladan esa pasión a otros ámbitos, desde seguir a creadores en directo hasta visitar lugares que han visto en sus series favoritas. Para el experto de EAE Business School, este fenómeno convierte al streaming en un motor económico de doble vía que impulsa el ocio dentro del hogar, además del turismo y el consumo cultural.
La inteligencia artificial, por su parte, redefine la experiencia. Netflix personaliza portadas y recomendaciones; Disney+ adapta sus contenidos para retener al público infantil; Amazon cruza datos de compras y visionado.
«Se estima que más del 80% de lo que vemos en Netflix proviene de sus recomendaciones automáticas», indica Héctor Premuda. «La IA no solo decide qué vemos, sino también qué se produce, anticipando un futuro donde cada perfil de usuario tendrá una experiencia única».
A medida que las plataformas multiplican sus modelos de negocio, se impone la tendencia de que los consumidores combinen servicios pagos y gratuitos según sus hábitos y presupuesto.
«El futuro del streaming será híbrido», proyecta el experto de EAE Business School. «Quienes prioricen la calidad seguirán pagando por experiencias sin publicidad, y quienes busquen ahorro preferirán opciones gratuitas con anuncios. El verdadero desafío para las plataformas será mantener el equilibrio entre precio, contenido y flexibilidad, y para los usuarios, decidir en qué invertir su tiempo y su atención».
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