- En los últimos años, el ecosistema emprendedor en Latinoamérica ha vivido una verdadera montaña rusa en cuanto a valuaciones. Durante el boom de 2021, vimos startups convertirse en unicornios en tiempo récord y con rondas multimillonarias. Empresas como Kavak, Rappi o Ualá alcanzaron valuaciones que nos pusieron en el radar global. Pero esa euforia se moderó rápidamente: en 2023, las valuaciones cayeron junto con la inversión, que bajó más de un 80 % en comparación con los niveles récord de dos años antes.
Afortunadamente, 2024 y 2025 han traído un nuevo aire. La inversión en la región volvió a crecer y, aunque las valuaciones siguen siendo más conservadoras que antes, son mucho más saludables. Lo interesante es que, en las etapas más tempranas, como pre‑seed y seed, las valuaciones en Latinoamérica siguen siendo menores a las de Estados Unidos, pero están creciendo a un ritmo más rápido. Esto refleja no solo una recuperación, sino también una madurez creciente del ecosistema.
Lo que vemos hacia adelante es prometedor. Muchos fondos están en proceso de levantar capital nuevamente, y eso significa que el ciclo de inversión continuará con más inteligencia y foco en la sostenibilidad. Las startups que realmente generan valor —no solo en proyecciones, sino en métricas claras de uso, ingresos y expansión— serán las que se beneficien con valuaciones más sólidas.
Para quienes están emprendiendo hoy, la clave está en construir con fundamentos. Los inversionistas están buscando señales claras: usuarios reales, ingresos consistentes, un producto que funcione y la capacidad de escalar, o al menos una estrategia clara para lograrlo. Ya no basta con tener una idea atractiva; hay que demostrar que el negocio puede sostenerse y crecer de forma realista.
También es muy útil pensar en cómo financiar el crecimiento. Muchas startups están combinando capital con deuda o instrumentos híbridos para extender su “runway” sin diluirse demasiado. Esto les da más tiempo para crecer y llegar a una mejor valuación en la siguiente ronda. Y si además se preparan desde temprano para escalar internacionalmente, su historia se vuelve aún más atractiva para fondos globales.
Un tema que sigue pesando en la región es la falta de salidas o «exits». En Latinoamérica todavía vemos pocas adquisiciones o IPOs comparado con otras regiones, y eso afecta cómo se percibe el riesgo. Por eso, cada vez más startups están pensando desde el inicio cómo construir un camino hacia una salida viable, lo cual puede mejorar sustancialmente su valoración actual.
Finalmente, algo que no se dice tanto, pero que influye mucho, es la estructura legal y la gobernanza. Startups con buena organización interna, cumplimiento regulatorio (especialmente en fintech) y un gobierno corporativo sólido tienden a lograr mejores valuaciones, simplemente porque reducen el riesgo para los inversionistas.
Hoy, quienes construyen con visión, disciplina y estrategia, tienen todas las de ganar y levantar capital con valuaciones mucho más saludables que antes, proponiendo un camino bien definido al exito.
Equipo Prensa
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