La denominada “Cuarta Revolución Industrial” impulsada por la irrupción de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), no es un fenómeno aislado. Sino que ha permeado a todas las industrias, incluída la televisión chilena, donde hoy vemos su uso en recreaciones de escenas policiales en los noticieros o en programas de farándula.
En los últimos años, la IA ha dejado una huella indeleble en la industria televisiva, dando paso hacia una nueva era de experimentación narrativa y producción automatizada. Desde “Nothing, Forever”, una comedia generada por IA inspirada en Seinfeld que se volvió viral en Twitch, hasta “AI P.I.”, una parodia detectivesca escrita por algoritmos, esta herramienta tecnológica ha penetrado la industria del entretenimiento.
Pero más allá del impacto anecdótico, la IA está configurando una transformación estructural en la manera de entender, producir y consumir contenidos audiovisuales. Una de las principales tendencias es la generación parcial o total de contenidos televisivos, impulsada por herramientas como Sora, de OpenAI, (y muchas otras incluso más sofisticadas, como por ejemplo, Runway) que permiten generar escenas audiovisuales a partir de descripciones textuales. Esta capacidad no solo optimiza procesos, sino que amplía las posibilidades creativas, reduciendo tiempos y costos de producción. Plataformas de streaming y estudios tradicionales ya exploran cómo integrar estas tecnologías en sus flujos de trabajo.
Para Rodrigo Francischini, COO & Business Director de TBWA\ Frederick, lejos de plantear una competencia directa, la inteligencia artificial se perfila como un copiloto capaz de potenciar el trabajo de guionistas, directores, productores y creativos: “vamos hacia un modelo mixto donde la sensibilidad humana y la eficiencia algorítmica trabajen en conjunto. La disrupción vendrá de quienes sepan integrar ambas dimensiones con propósito y autenticidad”.
Según el informe AI and Media: Disruptive or Constructive? del World Economic Forum (2024), para 2030 más del 40% del contenido audiovisual será generado o cogenerado por inteligencia artificial. Frente a este escenario, Francischini advierte que “la inteligencia artificial no solo está cambiando la forma en que se producen contenidos, sino también la manera en que los consumimos. Muy pronto, las audiencias dejarán de ser espectadoras pasivas para convertirse en co-creadoras activas de la narrativa”.
Paralelamente, están emergiendo nuevos formatos imposibles de realizar con métodos tradicionales, que combinan imágenes reales con elementos generados por IA en tiempo real. El uso de “synthetic media” y “AI composites” permite crear escenarios hiperrealistas y personajes híbridos, mezclando actores humanos con rostros o cuerpos generados digitalmente. Este formato está abriendo las puertas a ficciones visualmente ambiciosas y campañas publicitarias inmersivas, antes reservadas a presupuestos millonarios.
Otra evolución clave será la interactividad narrativa, donde las audiencias tendrán un rol más activo en la construcción del contenido. Gracias a la integración de IA con plataformas de streaming y redes sociales, los guiones podrían adaptarse en tiempo real en función del comportamiento del espectador, sus preferencias o incluso sus decisiones expresadas durante la emisión. Algunas experiencias ya lo están anticipando, como los desarrollos de Fable Studios, donde los espectadores interactúan con personajes generados por IA que responden con coherencia emocional y narrativa.
El llamado para marcas y avisadores es claro: adaptarse no será suficiente. Comprender este nuevo lenguaje audiovisual, aprovecharlo con criterio y participar de su evolución con audacia marcará la diferencia entre ser parte del cambio o quedarse fuera de cuadro.
Equipo Prensa
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