• Cada vez más turistas llegan a la isla atraídos por la pesca deportiva,
    una práctica que promueve la conservación de los ecosistemas y el
    turismo sustentable. En el Parque Natural Río Bravo, la experiencia
    combina adrenalina, aprendizaje y descanso en medio del bosque nativo. 

    En el corazón de la isla grande de Chiloé, donde los ríos serpentean
    entre bosques milenarios y la niebla envuelve los amaneceres, se vive
    una experiencia que combina naturaleza, deporte y conciencia ambiental:
    la pesca deportiva. Cada vez más visitantes llegan atraídos por esta
    práctica que une tradición, respeto por el entorno y la posibilidad de
    alojarse en lugares que han hecho del turismo sustentable su sello, como
    el Parque Natural Río Bravo Lodge.

    Para Miguel Plaza, director del Parque Natural Río Bravo, la pesca
    deportiva en Chiloé, “ya no es una moda”, sino una nueva manera de
    disfrutar el territorio sin depredarlo. “La pesca deportiva se convirtió
    en una forma de disfrutar un deporte que apasiona a muchas personas,
    evitando la depredación a la que por desgracia, tuvimos que resignarnos
    en décadas anteriores”, explica Plaza.

    El empresario recuerda los años en que los ríos de la isla se vaciaban
    por la pesca indiscriminada y destaca que hoy la conciencia ambiental ha
    crecido: “Los ribereños están tomando conciencia de que sus ingresos son
    mayores prestando servicios de guía y haciendo excursiones con los
    mismos botes que antes usaban para las prácticas ilegales”, señala.

    En el Parque Río Bravo, la experiencia va más allá del deporte. Los
    visitantes no solo pueden participar en excursiones guiadas, sino
    también aprender sobre el ciclo de vida de especies como la trucha o el
    salmón, gracias a una propuesta educativa que promueve la preservación y
    el respeto por la fauna acuática.

    “Acompañamos la aventura connuestros consejos y reforzamos el concepto
    de pesca deportiva como manera depreservar los niveles saludables de
    salmónidos en nuestros ríos”, agrega Plaza.

    Un paraíso para pescadores y exploradores

    Chiloé ofrece escenarios únicos para quienes buscan capturar -y
    devolver- grandes ejemplares. Desde los ríos Butalcura, Puntra y Notué
    hasta los lagos Huillinco, Tarahuín, Natri y Tepuhueico, las opciones
    son variadas y aptas para todos los niveles. En el mar, la pesca
    embarcada en lugares como el río Chepu o el canal de Chacao, permite
    encontrar especies como la corvina, la sierra, el salmón chinook o
    incluso el atún.

    Sergio Bahamondes, pescador aficionado de Chiloé y quien ha recorrido
    gran parte del archipiélago en busca del “pique perfecto”, describe la
    experiencia con emoción: “Es difícil poder explicarlo, creo que la mejor
    manera es vivirlo. La Isla de Chiloé debe ser, sino el mejor, uno de los
    mejores destinos para practicar la pesca deportiva”, afirma.

    Bahamondes destaca la diversidad de ambientes acuáticos -ríos, lagos,
    fiordos y mar abierto- y la posibilidad de realizar tanto pesca de
    orilla como embarcada. “En el Parque Natural Río Bravo se ofrece la
    posibilidad de pesca en lagos cercanos, con buen guía y siempre la
    experiencia de pescadores de la zona”, comenta.

    Para los más osados, existe la opción de aventurarse al mar abierto
    desde Chepu, junto a guías locales experimentados. “Son jornadas de
    pesca buscando las deseadas especies XL. Vivir el pique del salmón
    Chinook en mar abierto es algo que solo entiendes cuando losientes en la
    línea”, relata Sergio Bahamondes entre risas.

    Naturaleza y descanso

    Además de la pesca, los visitantes pueden alojarse en el Parque Natural
    Río Bravo Lodge, un espacio rodeado de bosque nativo, senderos y lagunas
    donde la tranquilidad se combina con la aventura. El alojamiento ofrece
    cabañas de primera categoría, excursiones organizadas y la posibilidad
    de convivir con la naturaleza sin renunciar a la comodidad.

    Para Bahamondes, el valor de la experiencia está en esa conexión íntima
    con la naturaleza: “Caminar horas porlos ríos, con los pies en el agua,
    encontrándote con pudús, huillines o martines pescadores, es algo que no
    se olvida. El silencio y la soledad son parte del encanto de esta isla
    mágica”, dice.

    Una experiencia que trasciende el deporte

    La pesca deportiva en Chiloé no solo atrae a expertos o aficionados,
    sino también a familias que buscan compartir una experiencia distinta.
    En muchos casos, las jornadas de pesca terminan en torno a una fogata,
    con historias de capturas y la promesa de volver.

    “Cada año llegan más familias. Antes solo pescaban los padres y los
    hijos varones, pero ahora vemos mujeres y niñas disfrutando de esta
    actividad juntos”, cuenta Miguel Plaza. “Eso demuestra que la pesca
    deportiva no solo cuida el entorno, también une a las personas”.

    Chiloé se consolida así como undestino de turismo sustentable y de
    aventura, donde el visitante puede vivir laemoción de la pesca, el
    contacto con la naturaleza y el descanso reparador enun entorno
    privilegiado como el Parque Natural Río Bravo.

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