Columna de opinión:
Que el sistema logístico-portuario haya entrado en la agenda presidencial es una buena noticia: al fin se reconoce que el 90% del comercio exterior del país depende de él. Sin embargo, la discusión sigue atrapada en recetas viejas: más normas, más burocracia, más debate sobre quién administra qué. La pregunta no es quién firma el permiso, sino cómo aseguramos que Chile siga siendo competitivo en un contexto donde Chancay, Callao y Santos están levantando infraestructura de clase mundial a velocidad récord.
El país necesita pasar de la permisología a la ejecución, de la fragmentación institucional a la coordinación efectiva, y de la pelea por el royalty a una visión estratégica de largo plazo. Si los candidatos quieren hablar en serio de logística, que hablen de digitalización total de procesos, licitaciones a tiempo y gobernanza alineada con el comercio del siglo XXI. Lo contrario es condenarnos a perder competitividad antes de 2030.
Gabriel Gurovich
Chief Evangelist Officer, KLog.co