Santiago, 18 de octubre de 2025 — La reciente imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a la madera y sus derivados ha encendido las alarmas en el sector forestal chileno. Aunque el análisis del impacto se ha centrado principalmente en las grandes compañías y en cifras macroeconómicas, los gremios advierten que el flanco más vulnerable —y menos visibilizado— de esta crisis son las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES). Estas firmas, que constituyen la base de la cadena productiva, podrían enfrentar cierres masivos si no se diseñan medidas específicas de apoyo.

Estrategia sectorial: Diplomacia y estímulo interno

Frente a una “tormenta perfecta” que combina los nuevos aranceles con problemáticas internas ya existentes —violencia rural, robo de madera, incendios forestales y alza de costos laborales y energéticos—, la industria propone una respuesta estratégica con doble foco.

Ignacio Vera Izquierdo, gerente general de Forestal Santa Blanca, coincide con los gremios al señalar que la solución debe ser tanto externa como interna: “La diplomacia no basta; se requiere un entorno económico que impulse la actividad y fortalezca a las PYMES para que puedan diversificarse y resistir el shock externo”.

El plan se articula en dos ejes principales:

  • Diplomacia estratégica: Reforzar las negociaciones bilaterales, destacando que los productos chilenos son complementarios a los estadounidenses y provienen de bosques manejados de forma sustentable.
  • Estímulo local y reducción burocrática: Impulsar la demanda interna, fomentar el uso de madera en la construcción y facilitar el acceso a capital para las PYMES. El presidente de Corma, Rodrigo O’Ryan, ha solicitado además reducir la “permisología” que obstaculiza la inversión y el crecimiento.

Aranceles inviables para márgenes estrechos

Estados Unidos representa el segundo destino de las exportaciones forestales chilenas, con más de US$ 1.060 millones en 2024. Según estimaciones de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, el 97,9% de estos envíos se verá afectado por los nuevos aranceles.

Mientras empresas diversificadas como Arauco y CMPC pueden amortiguar el impacto gracias a sus operaciones en el país norteamericano, las PYMES carecen de esa capacidad de absorción.

Rodrigo O’Ryan lo resume así: “A una empresa que tiene un margen del 10%, recortarle un 10% es muchísimo en proporción. Para muchas PYMES, absorber este arancel es simplemente inviable”.

El sector ya ha registrado el cierre de 169 aserraderos en los últimos cinco años.

Riesgo social: Un “caso Lota” forestal

El impacto de los aranceles no es solo económico: es profundamente social y territorial. Ignorar a los pequeños y medianos actores sería un error estratégico, ya que son ellos quienes generan empleo en regiones y sostienen la base productiva del sector.

La Asociación de Contratistas Forestales (Acoforag) advierte que la medida afectará directamente el empleo, en un contexto donde ya se han perdido cerca de 3.500 puestos de trabajo en la última década y han desaparecido más de 50 contratistas.

“Si no se visibilizan sus dificultades y no se diseñan medidas específicas de apoyo, podríamos ver cierres masivos y la desaparición de proveedores locales”, afirma Ignacio Vera Izquierdo.

El gremio ha sido enfático al señalar que “si el Estado no actúa, el país se encamina hacia un nuevo ‘caso Lota’ en el sector forestal, con consecuencias sociales y económicas irreversibles”.

“Sanar el sector desde su base es el primer paso para convertir esta amenaza en una oportunidad de desarrollo con legitimidad social y territorial”, concluye Vera.

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