• El 71% de los chilenos reconoce que el agua es el servicio básico más relevante para que su hogar se mantenga en funcionamiento.
  • A nivel nacional, el 60% de la población piensa que el agua se está acabando, pero solo un 12% cree urgente invertir en infraestructura resiliente al cambio climático. Consumir menos agua tampoco aparece como alternativa real para enfrentar la crisis hídrica.
  • Dos tercios de la muestra no sabe o no cree que hay ciudades en el país que ya se abastecen el 100% de su consumo con agua desalada, como Mejillones, Tocopilla, Caldera y Chañaral.

Santiago, marzo de 2025 – Aunque el 71% de los chilenos reconoce que el agua es el servicio básico más relevante para su vida, la falta de conocimiento y priorización sigue siendo una barrera crítica para enfrentar la crisis hídrica. Esta es una de las principales conclusiones del estudio de percepciones ciudadanas “Agua, crecimiento y desarrollo: la urgente necesidad de un norte claro”, presentado por ACADES y Criteria, en el marco del Día Mundial del Agua, el cual evidencia una preocupante brecha entre la percepción ciudadana y la realidad del agua en Chile.

El estudio revela que a nivel nacional el 60% de la población piensa que el agua se está acabando, pero resta un 40% que cree que el agua es abundante, lo que contrasta con las proyecciones oficiales de la Dirección General de Aguas (2021), que estiman una reducción del 50% en la disponibilidad hídrica del norte y centro del país hacia 2060. La percepción varía por zona geográfica: en el norte, donde la crisis hídrica es más evidente, solo el 30% de los encuestados cree que el agua abunda. En el sur, en cambio, el 45% sigue pensando que hay suficiente agua, lo que demuestra que la sequía aún no se percibe como un problema nacional, sino como una realidad sectorizada.

Para Alberto Kresse, presidente de ACADES, señala que el problema no es solo la falta de agua, sino la ausencia de decisión para enfrentar la crisis. «A los chilenos nos preocupa la sequía, pero aún no sabemos cómo ocuparnos de ella. Aún no logramos vislumbrar las soluciones ni ponderarlas como urgentes, en gran parte por la falta de conocimiento que hay en torno a ellas”, señaló Kresse.

Por otra parte, la encuesta muestra que los chilenos no son “negacionistas” del cambio climático y el 81% está preocupado por sus efectos. Sin embargo, esto no se condice con la prioridad que le asignan los encuestados a las soluciones, pues solo 1 de cada 10 cree urgente invertir en infraestructura resiliente. Esto, pese a la brecha que existe, ya que según un informe del PNUD[1], la inversión anual en adaptación al cambio climático que Chile necesita a 2050 alcanza los US$2.147 millones, es decir, un 0,7% del PIB anual.

“Si bien las personas están interesadas por temas como la crisis climática, finalmente no tienen mucho conocimiento de lo que pasa objetivamente, y por lo tanto, no están en posición de poder evaluar cuáles son las buenas y malas políticas. Y si no tienen posibilidad de evaluar, difícilmente podrán tomar una posición respecto de buenas o malas ideas en materia de estrategias para combatir la crisis climática y, particularmente, confrontar el problema de la escasez hídricas”, explica el director de Asuntos Públicos de Criteria, Matías Chaparro.

El agua es el elemento más valorado por los chilenos en el estudio, siendo reconocido como el servicio básico más importante para que su hogar se mantenga en funcionamiento (71% de las preferencias), por sobre electricidad (20%). Sin embargo, no se está ponderando el rol del agua como motor de la economía. Tener suficiente agua para el consumo humano, agricultura, minería e industria queda en el tercer lugar de las condiciones para asegurar crecimiento económico del país, alcanzando sólo el 17% de las preferencias de los encuestados. Contar con acuerdos comerciales fue la prioridad (39%), seguida de tener un sistema educacional que produzca técnicos y profesionales calificados (27%).

Además, el agua para los procesos productivos es percibida como menos importante que los puertos marítimos y aeropuertos para el transporte internacional de carga y pasajeros como prioridad para conservar el desarrollo del país, pese que, según el Banco Mundial, en 2019 los bienes que dependieron de una adecuada gestión hídrica representaron el 83% de las exportaciones nacionales.

El informe también pone en evidencia un alto nivel de desconocimiento sobre el consumo de agua por sector productivo. El 29% de los chilenos todavía afirma que la minería es la industria que más agua usa en el país, cuando en realidad representa solo el 1,3% del consumo total, según la Radiografía del Agua: Brecha y Riesgo Hídrico en Chile (2019).

Además, dos tercios de los chilenos desconocen que ciudades como Mejillones, Tocopilla, Caldera y Chañaral, ya se abastecen en 100% con agua desalada, mientras que otras como Antofagasta están muy cerca de lograr esa cifra. Asimismo, hay un 19% de la gente que no sabe que existen plantas desaladoras en Chile, aun cuando desde 1998 hay plantas desaladoras para consumo humano, cuando se inauguró la primera de ellas en Arica y, de hecho, actualmente existen 24 plantas desaladoras en el país, según el catastro ACADES- Corporación de Bienes de Capital (CBC).

“Resulta inquietante ver que, existiendo estas soluciones, no se sepa sobre ellas e incluso haya una oposición que se apoya en el desconocimiento sobre el proceso y las tecnologías disponibles. Por ejemplo, para un tercio de los encuestados la desalación afecta negativamente al medio ambiente o a las actividades costeras, pero estas mismas personas son las que declaran no conocer cómo opera la desalación, cuáles son las medidas de mitigación existentes y el destino final del agua producida. Solo el 16% sabe que el agua desalada es la más pura y de mejor calidad. Esta brecha de información representa un desafío clave para avanzar en soluciones que permitan garantizar la seguridad hídrica del país.”, explica el presidente de ACADES.

Y, respecto al futuro, la infraestructura hídrica también es relegada ante la generación de energía limpia como estrategia de desarrollo. Ante la pregunta sobre propuestas presidenciales más atractivas, construir plantas desaladoras, con un 14% de las preferencias, quedó relegada ante la opción de instalar centrales ERNC (31%), y fabricar baterías de litio (20%) y expandir red de trenes (17%) Sí fue elegida por sobre el desarrollo hidrógeno verde (14%) y data centers (4%).

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