Fundación Banigualdad trabaja desde hace más de 18 años apoyando a personas que sueñan con surgir. Durante agosto, en el Mes de la Solidaridad, invitan a donar para que más emprendedores puedan salir adelante.
Si algo tienen en común los emprendedores de Banigualdad es que no se rinden. Y tampoco están solos. Desde Iquique hasta Puerto Montt, más de 64.000 personas participan en los Centros de Emprendedores de la fundación, espacios donde no solo se entregan microcréditos y capacitaciones, sino también algo mucho más valioso: una red de apoyo humana, solidaria y profundamente transformadora.
En este Mes de la Solidaridad, Fundación Banigualdad lanzó una campaña para invitar a las personas a realizar donaciones que permitan seguir fortaleciendo ese tejido de colaboración que ha sido clave en tantas historias de superación.
“En Banigualdad no solo entregamos microcréditos, también fortalecemos comunidades solidarias. Hemos visto cómo, gracias al trabajo en red que promovemos, los emprendedores se organizan para apoyarse entre sí: ayudan a compañeros que tienen dificultades, acompañan a quienes enfrentan enfermedades o incluso comparten sus herramientas para que nadie deje de trabajar. Esa es la fuerza de este modelo: aquí nadie avanza solo”, explica Héctor Feeley, Gerente General de Fundación Banigualdad.
Y lo dicen con conocimiento de causa. En Los Ángeles, Daniela Montoya y su marido levantaron su florería después de perder el trabajo y a su hijo. Plantaron 20 mil girasoles como símbolo de renacer. En Coihueco, Patricia Caro superó un cáncer, crió a sus hijos sola, y hoy lidera su negocio de ropa desde su parcela. En Concepción, Victoria Pinilla transformó su almacén en un punto de encuentro para todo su barrio. Y en Puerto Saavedra, María Vásquez volvió al país tras años en Argentina y hoy cose sueños (y vestuario) con otras emprendedoras que, como ella, no se dejan vencer.
Detrás de cada uno de estos nombres hay una historia real de esfuerzo, pero también de apoyo colectivo. Porque lo que entrega Banigualdad no es solo dinero: es confianza, formación, comunidad y oportunidades concretas para personas que muchas veces han sido postergadas por el sistema financiero tradicional.
Con una pequeña donación mensual, cualquier persona puede sumarse a esta red. “Cada aporte permite que más personas reciban un primer microcrédito que les permita invertir en sus negocios, comprar insumos o mejorar sus herramientas de trabajo. Además, participan en capacitaciones y en un espacio de encuentro donde simplemente sienten que no están solos. Porque la solidaridad transforma vidas y no se queda en palabras, se vive en cada grupo, en cada región y en cada historia que acompañamos”, concluye Feeley.
Si quieres sumarte a esta red y cambiar una historia para siempre, puedes donar en www.banigualdad.cl. Porque cuando alguien enfrenta un desafío, muchos se suman a apoyarlo. Y eso también es emprender.