- Las cofundadoras de la agencia Kleek Social advierten que las marcas siguen despilfarrando recursos en campañas que no convierten ni en seguidores ni resultados financieros. Uno de los motivos es la elección de los rostros que las personifican, un dilema que será tendencia en 2025.
La inversión en estrategias de marketing digital muestra indicadores dinámicos en la región. Se estima que en 2024 este número creció en un 67%, alcanzando los $9.900 millones de dólares, según cifras del estudio “NTT DATA – Marketing digital en América Latina 2024”.
Sin embargo, el interés por sumar recursos a este segmento no se traduce, necesariamente, en mejores resultados. Así lo analizan las cofundadoras de la agencia de marketing estratégico Kleek Social, Catalina Schaerer y Camila Reyes, quienes advierten que uno de los errores más habituales en las campañas es no valorar adecuadamente la elección de sus influencers.
Si bien se trata de una herramienta popular en la industria del marketing digital, cada vez hay más atención sobre la coherencia entre los valores y objetivos que identifican a las marcas y los creadores encargados de posicionar sus mensajes en redes sociales.
A su juicio, hay que erradicar el mantra de “las estadísticas del ego” (número de seguidores, visualizaciones e interacciones) y apelar a la credibilidad y la autenticidad del influencer.
Catalina Schaerer advierte que una premisa a considerar es que el principal activo de un influencer no son las métricas, sino también los parámetros cualitativos. “Puede haber una persona con un altísimo alcance y seguidores, pero cuyo contenido sea irrelevante para los objetivos comerciales y comunicacionales de una marca. Estas últimas deben considerar que el influencer busca proteger su propia línea editorial, y la percepción que existe de ellos por su audiencia. Por tanto, es esencial que las marcas construyan su propia identidad primero y, luego, con esta definición ya consolidada podrán saber a quién elegir y qué resultados esperar de los influencers y/o rostros elegidos.”
Camila Reyes apunta que las marcas siguen repitiendo los mismos errores estratégicos al enfocarse “en elecciones superficiales, priorizando criterios poco relevantes en las redes sociales actuales. En lugar de eso, deberían centrarse en la confianza que una persona genera con su comunidad, en si realmente tiene una base de seguidores fieles. Es clave analizar el sentimiento que despiertan sus videos o contenidos, cómo reacciona la audiencia y cuál es la percepción que tienen sobre esa persona”.
Una de las tendencias que dominarán este año será, precisamente, priorizar la credibilidad y la autenticidad por sobre lo estadístico, lo cual requiere de una profunda capacidad de análisis de los equipos de marketing digital para, finalmente, diseñar estrategias sólidas.
Lo contrario, advierten, se traducirá en una generación abundante de contenido, tráfico y alcance que no necesariamente permitirá materializar conversiones reales: una comunidad fidelizada y resultados financieros rentables.