- Si no se maneja adecuadamente el presupuesto familiar, el inicio del año lectivo puede generar deudas que se arrastren por el resto de los meses.
Las vacaciones de verano ya llegan a su fin, y ahora, hay que alistarse para enfrentar el inicio del año lectivo. No es fácil, pero se puede. Lo fundamental es que tal como se planificaron las vacaciones se organicen también los gastos de marzo, aún más en el actual contexto, donde las expectativas económicas para todo el año son complejas.
Así lo demuestra el IPC de enero, dado a conocer recientemente por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el cual subió un 0,8%, por sobre el 0,5% esperado por el mercado, proyectándose con ello una preocupante variación interanual de 12,3%. Casi simultáneamente, el propio INE informó sobre el Índice Real de Remuneraciones, con noticias poco alentadoras. Y es que los salarios reales registraron una caída de 1,7% en 2022. Ambos indicadores han golpeado duramente el poder adquisitivo de los chilenos.
Desde defensadeudores.cl, una marca de Grupo Defensa -estudio jurídico con más de 20 años de experiencia en temas de insolvencia- señalan algunos tips que podrían contribuir de forma anticipada a no caer en el endeudamiento. ¿En qué consiste? Hay que armar un presupuesto familiar definiendo qué gastos son permanentes (prioritarios), estacionales (puntuales, pero necesarios) y optativos (innecesarios, pero deseados).
“Establecer prioridades es una medida efectiva, ya que permite diferenciar entre lo necesario, lo optativo y lo prescindible”, afirma Ricardo Ibáñez, abogado y socio fundador de defensadeudores.cl.
Además, explica que los gastos permanentes son aquellos a los que se les debe dar prioridad, “porque no se pueden eludir”, dice. En este ítem menciona que “hay que incluir el pago de obligaciones financieras: créditos hipotecarios, arriendos, permiso de circulación, SOAP, cuotas de tarjetas de crédito o créditos de consumo, cuentas mensuales de servicios, al igual que los gastos recurrentes, como alimentación, bencina o pasajes para otros medios de movilización, incluso el transporte escolar”.
En tanto, los gastos estacionales (puntuales, pero necesarios), indica que “no son recurrentes, pero sí importantes en este mes. En esta categoría están la compra de uniformes y útiles escolares”. Mientras que dentro de los gastos optativos (innecesarios, pero deseados), señala que “se incluyen los regalos de cumpleaños, aniversarios, ocasiones especiales, salidas a cenar, escapadas de fin de semana, visitas a la peluquería, membresía de gimnasio, entre otros”.
¿Cómo proceder luego de esa identificación? “Una vez presupuestados los gastos permanentes y prioritarios, se debe establecer la cantidad disponible para los gastos estacionales y luego comenzar a cotizar. Es una buena práctica sondear el mercado y comparar con al menos tres proveedores y/o comercios distintos para orientar el gasto. El equilibrio está en encontrar opciones que cumplan con el presupuesto a la vez que garanticen un cierto nivel de calidad”, sugiere el abogado de defensadudores.cl.
En segundo lugar, propone comprar solo lo necesario, “es decir, revisar lo que tengo, reutilizar lo que esté en buenas condiciones y solo comprar lo que falta. Por ejemplo, si a los niños les sobraron útiles del año anterior, contabilizarlos para el nuevo listado y solo comprar cuadernos nuevos, al igual que reutilizar uniformes de hermanos mayores. También es recomendable comprar artículos usados dentro de la comunidad escolar”.
Los pagos también se planifican
Una vez definida la lista de compras, por ejemplo, de los uniformes y útiles escolares, es necesario planificar los pagos. Al respecto, Ibáñez enfatiza que “se debe ser cuidadoso con el uso de la tarjeta de crédito y el pago en cuotas, ya que se nos puede escapar de las manos si no se lleva un control ordenado. Es preferible optar por la menor cantidad de cuotas posible, porque entre mayor sea el plazo, mayor será el interés pagado. Además, de ser posible, la mejor alternativa es optar por ofertas de pago en cuotas sin interés; preferir utilizar tarjetas bancarias por sobre las de otras instituciones financieras, ya que sus intereses y tarifas son más bajas”, aclara el abogado.
Cuidado con la “luz roja” en la billetera familiar
De una forma didáctica y cercana, Ricardo Ibáñez explica que la billetera familiar (presupuesto) tiene tres luces, las mismas de un semáforo: verde, amarilla y roja.
“Una billetera sana, con ‘luz verde’ destina el 25% para el pago de deudas, otro 25% al pago de arriendo o dividendo hipotecario, 40% en gastos como servicios básicos (luz, agua, gas, teléfono) y alimentación; destinando, además, un 10% para ahorro”, relata.
El cinturón se aprieta cuando se sobrepasa el 25% en pago de deudas, se utiliza la tarjeta de crédito para la subsistencia mensual y no hay ahorro. “Este es el caso de una billetera en ‘luz amarilla’, que indica que se está en una zona de riesgo hacia el endeudamiento descontrolado”, advierte.
Por último, puntualiza que el presupuesto en ‘luz roja’ es un estado de insolvencia que se mantiene en el tiempo, donde los ingresos no cubren deudas y se da inicio a la ‘bicicleta financiera’, utilizando créditos para pagar obligaciones financieras atrasadas, solicitar préstamos a familiares, pago de los montos mínimos de las tarjetas de crédito e incluso pedir a terceros que adquieran deudas por uno para acceder a mayor financiamiento. “Cuando una persona se encuentra en esta situación puede acogerse a la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento como alternativa”, concluye el especialista en insolvencia.
Equipo Prensa
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