Roberto Alfaro, gerente general SCM Chile
Mucho se habla y analizan los beneficios del proyecto 40 Horas, pero también hay quienes destacan el impacto negativo que podría representar para el país debido a la crisis económica imperante. De hecho, según la OCDE, Chile ya está entre los 10 países menos productivos. La inquietud de muchos es si efectivamente habrá que pagar más a los empleados por menos tiempo trabajado.
Sin embargo, trabajar más no es sinónimo de trabajar mejor, ni de producir más. Porque ese mismo listado de la OCDE revela que uno de los países más productivos del organismo es Alemania, el que, a su vez, es uno de los que cuenta con una de las jornadas laborales más cortas del planeta. Para nadie es novedad que Chile, en cambio, tiene una de las jornadas laborales más extensas.
Lo cierto, es que un número no menor de economías en el mundo han demostrado que se puede producir mucho trabajando poco. Por eso es que las últimas indicaciones aprobadas del proyecto 40 Horas podrían ser la clave para replicar en Chile el éxito de países como Alemania. Es decir, indicaciones que apuntan al ingreso laboral retrasado para atender asuntos familiares, una semana laboral que puede ser de cuatro días o el equivalente al cumplimiento de las 40 horas, considerando el promedio trabajado en 4 semanas. Se trata de propuestas que entregan mayor libertad a las personas respecto de su tiempo de trabajo.
Oportuno es referirse, en esta reflexión, a la flexibilidad, ya que existe consenso que cuando se vive mejor también se trabaja mejor. Definir y establecer un equilibrio positivo entre la vida profesional y personal resulta clave, asunto que precisamente se consigue gracias a la flexibilidad. Las indicaciones del proyecto 40 horas significará una mejor calidad de vida para los trabajadores y, por ende, serán fundamentales para que se logre un aumento en la productividad laboral.
Sin embargo, este proyecto también pondrá a prueba a las empresas y sus sistemas de gestión de fuerza laboral, porque este escenario genera nuevas oportunidades concretas de ahorro y aumento de productividad para las empresas. Y es aquí donde se vuelven fundamentales los sistemas robustos de Gestión de Fuerza Laboral, ya que permiten aprovechar esas oportunidades, donde la flexibilidad se transforma en una ventaja competitiva, transformando al proyecto 40 horas en una instancia para potenciar la productividad laboral, mejorar la cultura organizacional y modernizar la organización.
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